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VIII Congreso Internacional de la AE-IC, Barcelona 2022

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Fundamentos en femenino de la Empresa Informativa del siglo XXI

Con frecuencia, un título remite y circunscribe el objeto material de un trabajo de investigación, pero lo que queda más difuso es su objeto formal, es decir, el peculiar punto de vista o enfoque desde el cual se considera esa parcela de la realidad. En este caso, ambos asuntos quedan fijados en el frontispicio de esta comunicación. Eso sí: el primero (Empresa Informativa) juega a la dualidad del mercado y de la disciplina científica, que es a lo que fehacientemente se refiere, y el segundo limita desde qué lugar se va a mirar lo académico.

No es nuevo decir que el campo de la Empresa Informativa se encuentra inmerso en las Ciencias Sociales dentro de las Ciencias de la Comunicación, área joven, cuyas dimensiones exigen un conocimiento interdisciplinar de un mundo más que en movimiento (en la que se encuentra el Periodismo), y de la que ya se decía en los noventa que, en su dinámica actual, ha pasado a situarse entre las industrias más importantes.

Así el entramado conceptual de la Empresa Informativa es ese constructo teórico que emana del estudio sistematizado de los elementos, estructura, funciones y funcionamiento de las organizaciones cuyo objeto resulta ser la información en sentido amplio. Recoger esta conceptualización, y aceptarla como válida, implica una línea de pensamiento determinada y una toma de postura concreta respecto a escuelas y tradiciones, ideación y configuración, evolución jurídico-temporal, significantes y taxonomías desde las que se ha abordado.

Ahora bien, no resulta tan común que, con la mirada puesta en las formas más innovadoras de Periodismo, se analicen solo los avances que, en esta área, han llevado a cabo las académicas, las profesoras e investigadoras. De ahí que se aborden los fundamentos en femenino. No se trata de un estudio de género, al que no llega, sino de dar valor, a través de una metodología analítica cuantitativa y descriptiva, a las aportaciones que ellas han hecho en esta disciplina. Y llegar a concluir que su dedicación, estudio y resultados son imprescindibles, en este siglo XXI, para entender a estos sujetos mercantiles, que han adquirido una nueva dimensión, tanto por su tamaño como por su carácter global y multimedia; que han incorporado al ámbito empresarial de la información grupos con otros objetos sociales, y cuya revolución ha obligado a pasar de la idea tradicional de Empresa Informativa a tener que referirse a grandes grupos de comunicación cuya configuración accionarial está fuertemente influida por capitales procedentes de las más variadas esferas y cuya expansión ha provocado que la producción de información haya tomado tintes cosmopolitas.

María José Pérez Serrano
Universidad Complutense de Madrid
España

Miriam Rodríguez Pallares
Universidad Complutense de Madrid
España

 


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