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Mujer y fotografía, comunicando en la diversidad
La fotografía ocupa un lugar preferente en la cultura visual y en la sociedad. Siendo, además, un medio significativo para comunicar, construir e interpretar la realidad. Sin embargo, en estos poco más de 180 años en que la primera imagen es fijada (1839), las obras y relatos de las mujeres fotógrafas no han sido incluidos en la historia. Es interesante y pertinente investigar la problemática del cuerpo femenino bajo coacciones culturales, indagar sobre cómo con y desde la imagen fotográfica las mujeres han empleado la cámara y usado su cuerpo para hablar de sí mismas, para dar cuenta de la su condición, de la exploración de su identidad y de las contradicciones que las han condicionado. Resulta incomprensible descubrir que la primera exposición internacional con participación exclusiva de mujeres fotógrafas en la historia se inauguró en la Librería Pública de Nueva York el 19 de octubre de 1996, bajo el título A History of Women Photographers. Es revelador observar que la realización material de una exposición de tales características se tardara 157 años en ser llevada a cabo siendo el resultado del poderoso movimiento para la recuperación histórica del protagonismo artístico femenino. Es necesario incorporar en nuestra sociedad la perspectiva de género en la imagen. Por eso, se propone el estudio de caso de la obra fotográfica de tres de las muchas mujeres artistas que revelan con su mirada crítica, el valor de la memoria, que cuestionan la identidad y que arriesgan una denuncia hacia los códigos de representación estereotipados de las mujeres y otorgan al cuerpo otro espacio de representación. Tatiana Parcero investiga conceptos como identidad, memoria y territorio, explorando su cuerpo como una entidad biológica que es a la vez un producto histórico y cotidiano; Shirin Neshat relata la relación entre las mujeres y los sistemas de valores religiosos y culturales del Islam, sus narraciones fotográficas se centran en temas de género, identidad y sociedad, y Ana Casas Broda registra ámbitos como la familia y la memoria, llevando a cabo una reflexión íntima, personal y profunda sobre la maternidad y las huellas físicas y emocionales de esta experiencia. Es un momento oportuno para ver, leer y escribir sobre las obras y relatos de mujeres fotógrafas, de dar cuenta de sus trabajos que nos comunican sobre la diversidad de miradas y narrativas que, como lo anota la fotógrafa Sally Mann, están “tejiendo una historia sobre lo que significa crecer. Es una historia complicada y a veces tratamos de hablar sobre los grandes temas: la ira, el amor, la muerte, la sensualidad y la belleza. Pero hablamos de ello sin miedo y sin culpa”.