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Intransigencia frente a los errores en las redes sociales: el caso de las declaraciones de Javier Solano durante los Sanfermines de 2019 en Twitter
En los últimos años la retransmisión a través de TVE de los encierros de las fiestas de San Fermín en Pamplona ha sido llevada a cabo por los periodistas Javier Solano y Elena Sánchez Sánchez. El 10 de julio de 2019, estando Solano comentando la campaña del consistorio en contra de agresiones sexistas, declaró que lo ocurrido durante las fiestas de 2016 en que un grupo de cinco personas violaron a una joven de 18 años fue “un accidente”. La reacción no se hizo esperar y automáticamente las redes sociales se llenaron de mensajes de rechazo. Muchos de ellos insultaron directamente al presentador y emitieron juicios de valor basados en discursos de odio contra su persona. Al día siguiente el propio Solano dio explicaciones de lo acontecido y pidió disculpas. Pero en las redes continuó el linchamiento, a pesar de todo.
Esta comunicación tiene por objeto evaluar, dentro de esos mensajes de protesta, cuántos de ellos fueron injuriosos poniendo como punto de inflexión el momento en que se pidió disculpas para ver si este gesto sirvió de algo para atenuar los mensajes con discursos de odio.
Se pretende demostrar o refutar la hipótesis que afirma que el hecho de pedir disculpas en Twitter no sirve de nada dentro de una espiral de mensajes ofensivos hacia una persona.
Se han elaborado una lista de diez insultos recopilados de diversas fuentes de información en las que se citan como los más usados en el idioma español. Una vez hecho esto, se han consultado todos los tuits relacionados con las declaraciones de Javier Solano entre el 10 y el 13 de julio de 2019 (48 horas después de pedir disculpas) partiendo del primer tuit crítico y se han contabilizado cuántos comentarios contienen uno o más insultos de esa lista. Se han dividido en dos conjuntos de análisis: uno anterior a las disculpas y otro posterior a las mismas.
Como primer resultado, los 864 tuits identificados y analizados se dividen en 689 del primer conjunto y 175 del segundo. De estos, 610 son ofensivos y 79 no lo son en el primer caso y 103 son ofensivos y 72 no en el segundo. De los ofensivos del primer conjunto 295 contienen insultos y del segundo conjunto, 96. Como dato paradigmático, el primer tuit que denunció el hecho tuvo 521 comentarios, fue compartido 2.200.000 veces y obtuvo 2.700.000 “likes”. Una vez presentadas las disculpas, la misma cuenta subió un nuevo tuit de agradecimiento de esas excusas y solo obtuvo 2 comentarios, 33 “likes” y fue compartido 18 veces.
Con todo ello, nuestro comentario pasa por confirmar la hipótesis propuesta y decir que los discursos de odio son más atractivos en las redes sociales en general y en Twitter en particular que los neutros o amables. A través del caso estudiado denunciamos que el ágora de intercambio de ideas y pensamientos está contaminado por la pasión más allá de la reflexión, por el linchamiento por encima de la mesura y por la injuria sobre la tolerancia.